Tornatore siempre asegura la lágrima

El beso de dos amantes en una habitación de hotel que abre la nueva película de Giuseppe Tornatore bien merece incluirse entre uno de los más apasionados del cine en los últimos tiempos. Ese beso me hizo recordar los que coleccionaba el proyeccionista Alfredo, amigo del pequeño Toto, en su obra maestra ‘Cinema paradiso’. Como si hubiera querido recuperar una historia de aquel cine que fue consumido por las llamas.

Y es que realmente la nueva entrega del italiano gravita otra vez sobre la inmortalidad del amor, la necesidad del amor frente a la muerte, nada más y nada menos, servido en ese pastel no apto para diabéticos en los que convierte todo lo que rueda el realizador siciliano. Una seña de identidad propia, aunque los críticos hayan levantado contra él el hacha de guerra, en los que agrega mucho de onírico, de poético rallando en lo cursilón. Encantador.
A mí personalmente me encanta por eso Tornatore, porque es un género en extinción en sí mismo. Representa el melodrama por antonomasia en una industria que huye de ese estilo porque entiende que ya la gente no quiere ir a los cines a llorar fácilmente y sin tramas complejas de fondo, porque esta sociedad abomina de mostrar ternura y porque ya no se besan tanto los actores en las películas. Se desean sexualmente y basta.
Es pura nostalgia este film. Una película de otro tiempo y con una trama sencilla, de un profesor adúltero que se ha enamorado hasta el infinito y más allá de una alumna de astrofísica. Yeremí Irons y Olga Kurylenko, estelares, valga aquí mucho más esta expresión, hacen muy creíble esta historia en la que principalmente se plantea la disyuntiva de si soportaríamos mantener un amor más allá del fallecimiento del otro.Se juega con el paralelismo de que algunas estrellas brillan para nosotros pese a que pueden llevar miles de años muertas. Las nuevas tecnologías nos prestan de igual parecer vivos más allá de nuestro funeral.
A mi parecer Tornatore no alarga más de la cuenta el final como se ha dicho. Lo que ocurre es que Tornatore es lento, sureño, parsimonioso, el amor no es un sentimiento como la pasión, requiere metraje, el metraje es dinero y eso es anticomercial por eso mismo hoy no es habitual ver películas melosas como ésta, donde se recrea en planos y más planos que subrayan una misma idea; la profundidad y la intensidad del amor que vivieron ambos a distancia. La fotografía, los escenarios y por supuesto la maestría de Ennio Morricone hacen que uno se meta de lleno en la desgracia de que a uno se le muera su pareja.
Por todo esto y porque al final a mí me acabó sacando una lágrima es recomendable ‘La correspondencia’. Una película que tiene una gran aspiración y que mejor o peor conseguida, es un intento de hablar de algo de lo que ya no habla. ¿Vas a querer a tu pareja mucho tiempo más allá de su muerte?

CINE ALBÉNIZ: http://www.cinealbeniz.com/pelicula/detalles/20160718135311/la-correspondencia
Calificación: ♠♠♠
29 de julio. Calle Alcazabilla. 6,5 euros. Málaga.
Sesiones hoy: 19:30h | 22:00h
116 min | Italia
Drama
V.O.S.E

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