Yung Beef y Dellafuente, el epicentro trap del país es ‘made in’ Granada

La Granada de Lorca, García Montero, Mike Ríos o Morente sigue produciendo nombres que suenan y se veneran en todo el país. Serán muchos los que de forma precipitada llamen sacrilegio a esta unión de nombres sagrados de una casta hipercultivada, eterna, con la de unos chavales casi punkies, casi kinkis, cuasi ajenos al mundo de la música y del ‘showbusiness’ que se abren paso a las audiencias a un rítmo de decenas de miles de descargas en youtube de cada nuevo invento a bordo de su sonido ‘trap’, ‘autotune’ o rap lolailo, como quiera llamarse.

El caso es que la Granada extrarradial y lumpen, tan mediática a veces por sus sucesos, tiene nuevos héroes surgidos del fango. Otras cosas que contar. Pasó la época en que Los Chichos y Los Chunguitos se hicieron con los corazones de todos esos chavales barrieros del país sin apenas esperanzas de una vida mejor y ahora llega el sonido trap para evidenciar que hay una salida; más decorosa pero realmente una salida a esos barrios atravesados por la droga, el desempleo y la rapiña, y se llama así; trap, esa unión de rap y música electrónica con el sonido de amplificadores, sintetizadores e influencias reggatoneras. Ha llegado el fin de la civilización musical lamentarán algunos. Yo en cambio pienso que se ha abierto una rendija de luz en la música para muchos callejones oscuros.

El caso es que no he podido dejar de escuchar desde hace días ‘La vida es’ de Dellafuente y Maka, dos ases de este estilo representando a Armilla-Almanjayar, y sentir que hay esperanza, que las flores pueden seguir creciendo en el barro. Las rimas de este dúo no son peores que la poesía decadente e insulsa de tantos y tantos grupos mal llamados ‘indies’ que han copado la comercialidad en nuestros días sin hablar claro de las espinas con las que sangran muchos de los vecinos de nuestras ciudades. O de otros problemas del mundo. O de ser transgresores de verdad al menos en lo estético.

En este tema, por ejemplo, Dellafuente y Maka, sin dejar su apariencia cani de lado, hacen un homenaje a las amas de casa y a las mujeres que trabajan de sol a sol en ocupaciones duras, con situaciones personales difíciles. En el estribillo, Maka que tiene un buen eco flamenco, le hace un monumental homenaje a Camarón de la Isla, ídolo pagano de cualquier barrio andaluz y ambos dos son en esta canción de rimas contundentes y directas un auténtico disparo a la línea de flotación de la música actual, decadente por simplemente haberse alejado de la gente común y haberse situado en un divismo porque sí, sin habérselo ganado.

Dellafuente y Maka, que tienen otros temas dignos de analizarse, por la calidad de algunos fraseos y reflexiones, ya están empezando a dar conciertos en salas importantes, hace muy poco en la sala Caracol de Madrid y agotar cita tras cita las entradas, al alcance de pocos grupos de rap hoy día. Sin ser ésta una de las cosas que quitan el sueño a Dellafuente y su compañero, que se muestra bastante inteligente en las entrevistas que hasta ahora ha concedido, el sonido trap/autotune que abanderan no sólo está respaldado

Yung Beef en un desfile de Gucci

Otro paisano de estos artistas también está dando mucho que hablar en estos mentideros del ‘rap cani’ y se llama Yung Beef. Su flow chulesco, lo explícito de sus ‘trapis’ y su mala lengua arrasan en la red hasta el punto de sumar millones de descargas de algunos de sus temas. Junto a Poor Gang (La banda de los pobres) ha conformado el grupo más sólido de este estilo que ahora mismo puede encontrarse en el panorama nacional. En Barcelona, como suele ser habitual son únicos en cazar a ‘talentos’ del Sur y este personaje, también originario de Granada, con mucho de escualido chaval entregado a las drogas y otros vicios ya ha estado incluso en pasarelas de Madrid y Barcelona desfilando para grandes firmas como Gucci. Así está cotizando la frivolidad.

Yung Beef ya ha colaborado con sus paisanos Dellafuente-Maka y tiene a Khaled, otro granadino de origen árabe, como otro de sus lugartenientes en el desarrollo de estos temas cargados de referencias a la vida en los barrios bajos. En su caso Yung Beef ya tiene incluso entrada en la Wikipedia y en ella se dan detalles de dónde pueden proceder esos dientes de oro que coronan su boca. Desde niño vive una existencia errante entre Granada, Marsella o Londres de donde le viene cierto dominio del inglés y sobre todo de la jerga de los suburbios de estas ciudades.

Igual que a Dellafuente a ambos se les percibe su acento original de Graná y la misma advocación a cierto flamenco quinqui y a Camarón de la Isla. Para parte de la crítica ellos pasan por gitanos, siendo a todas luces, no más que simples chicos del extrarradio nazarí. El caso es que ha sido otra vez Granada la innovadora, la puntera, la inspiradora.

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