14. Primos del Tomate, Camarón, Tomatito y Pepillo Ramírez

Camarón, Rockberto y Tabletóm se están quitando

Pequeño recuerdo de la relación entre Camarón y Rockberto extraído del libro ‘Boquerón de la Isla’.

La canción Me estoy quitando, que tan popular hiciera Roberto Iniesta de Extremoduro en los noventa, pertenecía al genial Rockberto, Roberto González, (Málaga, 1951-2011) ex líder cantante y personaje malagueño donde los haya del grupo Tabletom, leyenda eterna del rock más auténtico. Lo que muy poca gente sabe es que está dedicada a los malos momentos por los que atravesaba Camarón, que se concibió como un homenaje encubierto a su batalla particular por superar sus hábitos más tóxicos. La vinculación del grupo se reforzó en aquella gira pro autonomía en la que también se apuntaron junto al propio Silvio, Kiko Veneno y algunos más personajes singulares del nuevo escenario rockeroflamenco. Antes, mucho antes, Camarón los había visitado una tarde de sorpresa en la recóndita guarida rural de Campanillas donde se habían retirado para componer y vivir como hippies de verdad, en busca de que le explicasen a él, y gratis, cómo era eso de viajar lisérgicamente sin moverse del sitio a Ámsterdam…Los Tabletom ya conocían algo más de Holanda que los tulipanes…

José Ramírez Pepillo, sigue siendo el tercer vértice del triángulo fundacional de Tabletom, que completan su hermano Perico y el mencionado Rockberto, alma el grupo. En la actualidad es profesor de música, especialista en flauta, instrumento que lleva tocando desde niño. Acompañó a Camarón en algunos bolos de aquellos años de mezcolanza y mestizaje musical. “Un día llegaron a mi casa, con Carapalo y me preguntaron ‘¿tu eres el del pito?’ Los conocimientos de los flamencos de entonces, ¿no? El del pito. Y nada, pues que querían que tocase con ellos. No sé de donde salió su interés por aquello pero Paco ya andaba haciendo cosas por el estilo. Entonces meter en el flamenco otro instrumento era un sacrilegio. De hecho yo cuando fui con él pues me llevaba a salas, no a festivales. Aunque yo creo que realmente él pasaba de los puristas.

Él, de rock, no tenía ni idea, ni le importaba, pero supongo que Ricardo Pachón pues le había ido poniendo cositas porque el disco de La Leyenda del Tiempo fue una pasada en aquellos años. Recuerdo que entonces le comentábamos: ‘José, me han dicho que Mick Jagger está flipando contigo’ y él nos decía –con esa mezcla de ingenuidad y gracia tan particulares– ‘¿y quién es ese gachó?’ Y es que realmente pasaba de cosas así.

Yo no tenía ni idea de flamenco entonces, ni distinguía ningún palo. Eran dos mundos aparte, pero me puse con Tomatito, que ya se hacía sus cositas, y fui aprendiendo. Yo lo cuento ahora y no se lo cree la gente”.

Pero lo que realmente iba a impactar la memoria de aquella aventura flamenca de Pepillo eran los previos. “Yo iba siempre en el Supermirafiori de Tomatito. Nos íbamos con sus primos, un tal Indalecio, recuerdo, que era especialista de las películas del Oeste que se hacían en Almería, muy corpulento, muy fuerte, era uno de los que venía. Era muy gracioso aquello porque se venían a los conciertos, pero en sus casas decían que se iban a vender. Y por el camino pues íbamos parando por los pueblos y montaban un puestecillo y se ponían a vender, incluso por las casas eh. Y yo veía llegar a una señora que preguntaba el precio de algo y le decían pues tanto y al rato venía otra y le preguntaba por lo mismo y saltaban con otro precio. Me lo pasaba yo bien. Y a veces pues llegábamos algo tarde al concierto por aquello”.

Se’s-fumaban volando hasta los días del calendario y venía al pelo, largo, de la anécdota, en aquellos días en colorines de La leyenda del tiempo, la aparición en aquel estudio del patio de la casa de Camarón en La Línea, de un rubio esmirriado con acento marcado sevillano y que respondía al nombre de Kiko Veneno. Llegaba con las letras de un tema que se haría hiperconocido Volando voy, volando vengo…en un seiscientos que tenía”, recuerda Pepillo.

No hay comentarios

Publicar un comentario