‘Cold war’ o cómo llenar de tópicazos románticos una película

Me hubiera gustado que me hubiera gustado ‘Cold war’. Todo crítico que he consultado en las redes sobre la película se deshacía en elogios. Pero a mí ni me ha emocionado, ni me ha hecho pensar más de la cuenta, ni me ha dejado excesivas imágenes para el recuerdo. Es sin  lugar a dudas, una de las mayores decepciones que me he llevado en las últimas semanas con una película que apuntaba muy alto y a mi parecer está sobre valorada. Añado que está excesivamente hinchada de topicazos románticos, que llegan a hacer un homenaje a la insulsez más patética y se salvan únicamente por una fotografía en blanco y negro que emula un largo anuncio de Martini pero con mejor música.

La cinta, que viene precedida del gran éxito que fue ‘Ida’, nos trae ahora un drama romántico en el que Paweł Pawlikowski llega a resultar reiterativo en el hastío con la vida que muestran una pareja de enamorados en mitad de la Guerra Fría, con el Telón de Acero como tercer protagonista. Ni el capitalismo alegre de la posguerra parisina ni el orden calculado del comunismo de Varsovia terminan por contentar a los dos tortolitos que según pasan los años acumulan acercamientos y alejamientos personales y políticos. Pese a quererse y tener la música como anillo de compromiso figurado.

La película tiene algo de interés histórico al representar con cierta fidelidad cómo tras la llegada al poder del comunismo en la URSS se produjo una persecución de toda música que tuviera algún acento burgués y se entronizó al cantante y la canción popular, arrasando con el cancionero anterior. Unos hechos de aniquilación cultural que no son de incalculable valor perdido.

Es la protagonista de esta película, Joanna Kulij, quizá lo mejor de todo, mostrando desde la contención nórdica de excesivos planos sostenidos y de largos silencios cómo el amor puede estar lleno de fantasmas y de psicopatías que terminen por crear relaciones tóxicas abocadas a lo peor, sin tener demasiadas explicaciones que dar de esas derivas depredadoras en esta historia.

Es la fotografía el elemento sobre el que se apoya todo, sin haber más contenido que estas formas; una buhardilla en el París del surgimiento del mejor jazz es el mayor topicazo en el que refugiar a una pareja que proviene de la mayor incomprensión intelectual y sentimental.

En general Pawlikowski sólo muestra una historia lineal que no arroja mayores complicaciones que no dejar nunca que un estado anímico o secuencial termine para que así el espectador construya su propio relato, que no puede ser otro que el del canto al existencialismo tras la depresión posbélica. Tras verla uno no entiende siquiera porque en Cannes se aupó con un premio.

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Título Original: Zimna wojna
Director: Pawel Pawlikowski
Año: 2018
Nacionalidad: Polonia
Idioma: varios
Género: Drama
Intérpretes
Joanna Kulig, Tomasz Kot, Agata Kulesza, Borys Szyc, Cedric Kahn, Jeanne Balibar, Adam Woronowicz, Adam Ferency, Adam Szyszkowski.

Calificación CdI: ♠♠ (sobre cinco).

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